lunes, 3 de agosto de 2015

Reseña de: Curación mortal

Título original: Fatal cure
Autor: Robin Cook
Género: Ficción, Thriller


Sinopsis: Del maestro del thriller médico viene una historia de infarto sobre intriga y misterio establecida en la coyuntura incierta de la atención médica y el pragmatismo financiero; una historia que se lee como titulares de hoy. Curación mortal es una incursión que eriza el vello en el lado oscuro de la reforma médica, demostrando que con "atención médica administrada" lo impensable puede estar tan cerca como el hospital local. Los médicos Angela y David Wilson creen haber encontrado la felicidad personal y profesional cuando optan por abandonar el centro médico universitario por el Hospital Comunitario de Bartlet, un centro médico moderno en la pintoresca Bartlet, Vermont.  Para Ángela, un patólogo, y David, un médico internista / de atención primaria, Bartlet parece ser un sueño hecho realidad: una ciudad con zonas verdes y lagos de cristal que es un refugio idílico de la delincuencia urbana y la contaminación; una oportunidad para un hogar propio y un resurgimiento del romance en su relación; un entorno perfecto para su hija de ocho años de edad, Nikki, que sufre de fibrosis quística; y la oportunidad de trabajar dentro del sistema de "atención médica administrada". Pero no todo es lo que parece. Después de un otoño resplandeciente, un paisaje en Bartlet que revela más que los esqueletos de los árboles. Gradualmente al principio y luego a un ritmo acelerado, el nirvana terrenal de los Wilson se desintegra a medida que misteriosas e inexplicables muertes se convierten en más que coincidencias. La pesadilla mortal de su vida les amenaza a todos, incluso a Nikki, la más vulnerable. Luchando por su carrera, así como para la propia supervivencia de su familia, Angela y David deben vencer el mal al que se enfrenta cada uno de ellos antes de que los consuma el horror.
Sólo he leído dos libros del autor, pero ya siento que sé sus trucos. El problema con Robin Cook es que elige un par de temas y los entrelaza como se le ocurre. En este caso fue la forma en que el capitalismo se apoderó del sistema de salud americano y un poco sobre patología y oncología. 
Lo bueno del libro, como siempre, fue que escribe estando informado-o al menos eso nos parece a los ignorantes- y si eres curioso entre sus páginas hay muchas pequeñas cosas que puedes investigar. Sin ir más lejos, el libro comienza describiendo cómo un paciente murió porque las moléculas de agua en algunas de sus células se separaron y colapsaron sus membranas, un tema del que aprendí un poco la semana pasada en uno de mis laboratorios. Además de escribir como una persona interesada en ello. No sé qué tanta experiencia tenga él con estos temas, pero de que suelta datos al por mayor no hay duda.
Lo malo es que muchos de estos datos salen durante una conversación, ya sea entre dos personajes que son ambos médicos, o entre dos personajes en los que uno de ellos no sabe nada y le pregunta al médico. Tal vez sería bueno si fueran discusiones profesionales o algo así, en las que los médicos se expresaran en 'español'. O leyendo un texto, no sé. Todo menos esas conversaciones irreales que abundaron.

Y antes de hablar más largo y tendido sobre el libro necesito decir que estoy de mal humor, así que habrá mucho odio.

Si hay algo peor que las conversaciones inconcebibles son los personajes planos, que abundan aquí.
Los protagonistas son los Wilson; David, Angela y su hija Nikki. Los adultos son médicos, ella patóloga y él médico internista. La niña tiene fibrosis quística. Y son unos de los personajes que más me han cansado en el año. El libro fue escrito hace como 20 años, así que no esperaba que fuera el colmo de la modernidad, pero TODOS los personajes eran tan terriblemente machistas...y lo dice la mujer que odia a las mujeres traumadas con el machismo. Hoy admito que reaccioné igual. David se la vive criticando la histeria de Angela por todo lo que les pasa en el libro y ella se la vive tomando decisiones tontas-oh sí, compremos un rifle destruye-humanos en un arranque de femme fatale-. Quiero decir, tenían miles de dólares en deudas universitarias, acababan de comprar una casa con una hipoteca doble y aún así gastan el dinero como si no tuvieran que pagar nunca.
Pero bueno, los otros personajes son igual de cuadrados. El director del hospital no paraba su cantaleta de 'deja de gastar los recursos del hospital'. El investigador privado era la definición de policía retirado de pueblo pequeño. El conserje era el típico personaje misterioso. El doctor Hodge era el típico viejito que se pelea con todos y que nadie quiere. El jefe de Angela era el típico jefecillo caliente...

La trama fue lo que medio sostuvo el libro, pero sólo porque giraba en torno a una idea que todos tenemos dentro: lo injusto que es que el dinero tenga prioridad sobre todo lo demás. Ya saben, el malvado capitalismo. Lo vemos en este libro en todas las formas médicas que puedan suponer. David se pelea constantemente con Traynor-el director- porque éste quiere que reduzca las hospitalizaciones, que ninguno de sus pacientes pise emergencias, que deje de hacerles estudios y que jamás en la vida pida ayuda de los médicos especialistas que no son del seguro. 
Pero no es una novela sólo de eso, es también un thriller criminal. Ha habido numerosas muertes en el hospital, todas con síntomas similares y, para colmo, alguien anda violando enfermeras en el estacionamiento. Así que Robin Cook hace malabarismos con todo durante la novela.
No puedo decir que eso en sí haya sido malo, lo que no me gustó fue la forma en que hizo que todo se juntara. Para empezar, los Wilson llegaron de la forma más irreal que he leído en mi vida. Un día están en Boston, hasta el cuello de deudas, y están en proceso de decidir qué hacer luego. Así que visitan este pueblito en Vermont y todo es miel sobre ojuelas, les ofrecen a los dos puestos de trabajo con buenas pagas y todo para mudarse. Se van a pensar y de pronto resulta que en la escuela de Nikki vendían drogas, Angela monta una de sus histerias y quiere que se vayan de inmediato. Visitan Bartlet de nuevo, resulta que hay cachorros y TIENEN que mudarse al pueblo porque Nikki quiere un perro. Por supuesto que van a buscar una casa, la agente encuentra cinco en ese instante y las miran todas en medio día, firman todo lo que quieren en el banco y ¡voilà!, ya tienen una pequeña mansión en el campo. En tiempo récord. Que yo sepa el mundo real no es así, y si me equivoco que me parta un rayo.

Por último, el final. Es una novela de misterios policíacos/médicos, por lo tanto hay muchos giros y pistas por aquí y por allá, con problemas médicos aderezando y constantemente el tema de que la atención médica no debería ser un negocio. Era de esperarse un desenlace rápido, con acción o algo así, personas malas y los protagonistas salvando el día. Hubo algo de eso, pero más que nada hubo...nada. El malo cae sin gloria. Y a nosotros no nos dice nada. Simplemente descubren los eslabones que faltaban en la historia y lo próximo que sabemos es que ya pasaron meses y que no se solucionó nada. Nadie movió un dedo y todos se quedaron muy contentos. Fin.

En resumen, Curación fatal me pareció una queja muy larga sobre el sistema médico americano, en el que Robin Cook se olvidó de pensar en la credibilidad de su historia.
Y ustedes, ¿conocen su obra? ¿Se les antoja?

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